No hay mucho que agregar a ésta imagen, sobre ese pasto juegan nuestros niños, y en esas ventanas están sus cabecitas mientras se le imparte enseñanza. Para nosotros es una inmensa preocupación, por eso no nos detenemos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Parece mentira que semejante estructura pase desapercibida cuando uno ignora sus efectos para la salud. Yo pasé dentro de esa escuela once años como docente, diez de los cuales me permitieron ver a ese " monstruo" como algo más dentro del paisaje de la escuela y sumamente inofensivo.
ResponderEliminarPero....todo cambió desde el momento en que fui conciente de todo. Ya no era algo más, sino que era algo presente en mi en todo momento y no me permitía estar tranquila ni segura dentro de esa institución en la que pasé buenos momentos.
Sigo sin poder creer que nadie haga nada para hacer cumplir con lo que corresponda. Y más me cuesta creer que una institución católica y salesiana ( en donde lo primero son los niños)sigan permitiendo semejante barbaridad. Tampoco llego a comprender del todo a los padres, tendrán sus motivos para dar prioridad a algo por encima de la vida de sus hijos